A mediados de la primera década del siglo XXI, la Unesco (2005) dio a
conocer un marco conceptual para comprender la calidad de la educación.
Este marco está organizado en cuatro dimensiones que interactúan entre
sí: los elementos facilitadores del proceso de enseñanza-aprendizaje, las
características de los educandos, el contexto, y los resultados.
Los elementos
facilitadores comprenden el tiempo de aprendizaje, los métodos pedagógicos,
la evaluación, el tamaño de las aulas, los materiales de apoyo, las instalaciones
e infraestructura, los recursos humanos (docentes, directores, supervisores,
administradores) y la buena administración de las escuelas. Así, para que el
estudiantado desarrolle las competencias básicas para la vida y otras requeridas
para la culminación exitosa de los distintos niveles educativos, se requiere una
serie de elementos facilitadores, entre los cuales se incluye la infraestructura
educativa. Desde esta óptica, la infraestructura es un factor que aporta a la
calidad educativa.
Con base en la visión desarrollada por la Unesco, el Ministerio de Educación
(Mineduc) elaboró el Modelo conceptual de la calidad educativa en 2006 y lo actualizó
en 2011. Según este documento (Guatemala, Mineduc, 2011), la infraestructura y
los ambientes adecuados son componentes de la calidad educativa...